Escrito por Fernando Maciá
Índice
Lo que define a una web de alto rendimiento es que todo en ella se ha definido en función del cumplimiento de unos objetivos. A través de una cuidadosa planificación, la web se integra en el tejido de la empresa para contribuir a lograr sus objetivos estratégicos. Elegir a las personas adecuadas para liderar el proyecto de creación de la web corporativa es clave para que el resultado sea una web de alto rendimiento.
El desarrollo de una nueva web implica la puesta en marcha de una serie de pasos tendentes a la consecución de una nueva presencia de la empresa en Internet que contribuya de forma activa a los objetivos estratégicos globales que tenga planteados la empresa. Para que la web cumpla este rol, es necesario:
- que se hayan planteado correctamente sus objetivos
- que se hayan previsto medios para medir la consecución de los mismos
- que estos objetivos estén alineados con la estrategia general de la empresa
En este sentido, la web corporativa debe actuar como un elemento más dentro del marketing-mix de la empresa y la inversión de tiempo, dinero y recursos que se destinen a ella sólo pueden justificarse en la medida en que la web cumpla un papel significativo en la creación de valor hacia el cliente y la producción de beneficios hacia la empresa.
Del modelo Web-Escaparate al modelo Web-Unidad de Negocio: la Web de alto rendimiento
A pesar de la obviedad que encierran las líneas anteriores, siguen siendo mayoría las web corporativas que actúan como un mero escaparate, un simple soporte electrónico en donde volcar la información impresa preexistente de la empresa sin un objetivo claro y sin una estrategia visible que denote creación de valor para el cliente o aportación de beneficio para la empresa.
Esta situación tan común tiene, en muchas ocasiones, su raíz en el propio proceso de creación de la web. En concreto, en la selección de las personas que participan en dicho proceso, tanto por parte de la propia empresa como por parte de la empresa contratada para desarrollar el sitio web. En esta primera entrega, nos vamos a centrar en las personas responsables de la creación de la web por parte de la empresa. Vamos a ver a continuación cómo la composición de este equipo tiene una incidencia directa en el enfoque del proyecto de creación de un sitio web, con un claro reflejo en la arquitectura del mismo y con una influencia final directa en el rendimiento que se puede esperar a largo plazo de la presencia de la empresa en Internet.
Si un único departamento se hace cargo de poner en marcha un proyecto web, forzosamente se llegará a un diseño de portal que reflejará la visión parcial propia de ese departamento y que estará enfocado, de una manera u otra, a aquellos aspectos que más dominan las personas que trabajan en él. Si, por ejemplo, se encarga el diseño de la web al departamento de Sistemas, es muy probable que el enfoque se centre en los procesos, en aspectos como la compatibilidad con los sistemas internos de gestión de la empresa, etc. Si, por el contrario, es el departamento Comercial el que debe dirigir la realización del proyecto podríamos esperar una web centrada sobre todo en los aspectos relacionados con la venta de productos o servicios, pero donde no estén debidamente representados los que se refieren a la propia información corporativa de la empresa, sus actividades de patrocinio o mecenazgo, la atención postventa, etc.
La creación de un equipo interdepartamental en donde participe al menos un representante de cada uno de los departamentos de la empresa es, pues, indispensable en esta primera etapa de planificación de la web. Sobre quién debería liderar este equipo, depende del enfoque que la dirección general de la empresa quiera darle a la web, pero parece lógico que debería ser el departamento de Marketing el que, contando con la aportación del resto de componentes del equipo, liderara el proyecto.
Los dos aspectos fundamentales que deberá definir este grupo de trabajo serán:
- Definición de los públicos objetivo a los que se dirigirá la web
- Definición de los objetivos a cumplir por la web para cada público objetivo
Definición de públicos objetivo
En la definición de públicos objetivo de la web ya vemos claramente lo importante que es contar con representantes de cada departamento. Está claro que Comercial se referirá enseguida a los clientes. Y Compras encabezará su lista con los Proveedores. Dirección General podría querer contar con una sección destinada también a informar a los Socios o Accionistas. Marketing querrá captar nuevos clientes potenciales, pero es posible que también desee contactar con importadores, exportadores, partners o franquiciados…
Así llegaríamos a una lista de distintos perfiles de usuarios potenciales de la Web:
- Clientes
- Clientes potenciales
- Prescriptores
- Partners
- Socios
- Accionistas
- Representantes
- Líderes de opinión
- Importadores
- Exportadores
- Franquiciados
- Distribuidores
- Instaladores
- Servicios postventa
- Grupos de presión
- Medios de comunicación
- Sociedad en general
- Etc.
¿Quiere esto decir que debemos acometer una web que desde el principio atienda o cumpla las expectativas de todos los departamentos y todos los públicos objetivos posibles? En absoluto. Lo que queremos decir es que es importante considerar, en el propio momento de la planificación, todos los públicos objetivo imaginables para poder establecer a continuación una jerarquía de prioridades en función de su mayor contribución en la creación de valor. Podemos dividir todo el proyecto en fases que vayamos acometiendo progresivamente en el orden de prioridades decidido.
Si tenemos en cuenta todas las posibilidades, es nuestra decisión dar prioridad a unos y postergar a otros en un proceso donde no cabe la improvisación. Así que, una vez definida la lista de públicos objetivo, el siguiente paso es ordenarla de más a menos contribución en la creación de valor. El objetivo aquí es que, para cada público objetivo que definamos y consideremos suficientemente importante, exista un contenido o funcionalidad en nuestra web que sirva para justificar su visita y pueda responder a sus expectativas. Pasar por alto este punto puede resultar mucho más costoso una vez el proyecto ya está en fase de programación o publicación.
Definición de objetivos
El siguiente punto a decidir por el grupo de trabajo interdepartamental es: para cada público objetivo contabilizado en la lista anterior, definir qué objetivos puede cumplir la web de forma más eficiente o rentable que por otros medios empleados anteriormente, o qué NUEVOS OBJETIVOS puede realizar que no se estuvieran persiguiendo anteriormente. Estos objetivos serán de tipo táctico y deben estar alineados con los objetivos estratégicos marcados para la web. De nuevo, contar con personas de distintos departamentos nos aportará una visión mucho más amplia. Veamos:
Objetivos para el público objetivo Clientes:
- Aumentar frecuencia de compra
- Incentivar compra cruzada
- Fidelizar clientes
- Convertir clientes en prescriptores
- Canal alternativo de venta
- Etc.
Objetivos para el público objetivo Nuevos Clientes:
- Aumentar el ritmo de adquisición de nuevos clientes
- Disminuir el coste de adquisición de nuevos clientes
- Aumentar el ámbito geográfico de la clientela: llegar a nuevos mercados
- Demostrar el producto a nuevos clientes
- Aumentar el branding de nuestra marca
- Etc.
Objetivos para el público objetivo Distribuidores:
- Crear un repositorio de material de promoción
- Crear una fuente única y centralizada de información de precios y disponibilidades de stock
- Etc.
Y así sucesivamente para cada público objetivo
Son sólo algunos ejemplos. Lo importante en este punto es definir, para cada uno de los públicos objetivo de nuestra lista, los objetivos que debe cumplir la web. Y, de nuevo, ordenar por prioridades cada uno de esos objetivos. Quizá algunos de esos objetivos se propongan desde el momento de arranque de la web y otros se acometan en fases sucesivas.
Definición de recursos y plazos
Tras definir a los distintos públicos objetivo y los objetivos que para cada grupo de destinatarios tiene que cumplir la web, queda también por parte de la empresa adjudicar al proyecto los recursos de personal, inversión y tiempo adecuados para garantizar al mismo unas mínimas posibilidades de éxito.
Ha pasado a la historia el tiempo de las web que estaban vivas sólo mientras estaban en construcción, y que pasaban a mejor vida en el mismo momento en que se publicaban. En la actualidad, una web es como cualquier otro negocio: todos los días hay que levantar la persiana, atender llamadas, producir nuevos contenidos, estudiar qué quieren nuestros clientes, resolver nuevas formas de responder a la demanda cambiante y colmar sus expectativas. También habrá que prever recursos necesarios no sólo para el mantenimiento técnico, alojamiento, etc. sino para la dinamización del tráfico: posicionamiento natural en buscadores, creación de nuevos contenidos, pago de enlaces patrocinados, campañas de e-mailing, banners, etc. así como a la logística que pueda derivarse de la venta online, pagos, etc.
La Web 2.0, con su vocación de mayores niveles de participación por parte de todos los usuarios, abre nuevas oportunidades de visibilidad en la Red, pero también exige un mayor esfuerzo para enfocar y canalizar dichos esfuerzos a favor de la empresa en un entorno en donde la voz de cualquier usuario puede originar un enorme impacto.
Adjudicar recursos implica también describir formas de calcular el Retorno Sobre la Inversión (ROI) de los recursos invertidos. Será momento de cuantificar los objetivos marcados, definir los mecanismos de medida a emplear para conocer su consecución y adjudicarles distintos plazos de cumplimiento de acuerdo con los recursos invertidos.
Conclusión
Cuando una empresa decide llegado el momento de disponer de una nueva web, es muy arriesgado delegar la responsabilidad del proyecto en un único departamento. Sea cual sea el elegido, parece razonable que la web resultante brillaría en los aspectos más cercanos al departamento elegido y presentaría graves carencias en otros aspectos que domina menos. Es imperativo, pues, contar con un grupo de trabajo interdepartamental que pueda aportar perspectivas distintas desde diferentes áreas de la organización. Definido el objetivo estratégico que debe alcanzar la web, se definirán los públicos objetivo a los que queremos llegar y qué pretendemos conseguir de cada uno de ellos: nuevos clientes, fidelización, distribuidores, venta cruzada, soporte… Y a todo ello habrá que adjudicarle unos recursos de personal, dinero y tiempo no sólo en la fase de creación de la web, sino también una vez ésta esté publicada tal y como ocurre con cualquier otra área de la empresa.