Escrito por Fernando Maciá
Índice
Un hashtag es una etiqueta formada por una o varias palabras escritas sin espacios ni signos de puntuación, precedidas por el símbolo # (llamado almohadilla en castellano o hash mark en inglés). El hashtag sirve principalmente para etiquetar y categorizar contenidos que pueden pertenecer al mismo evento, suceso, producto, programa de televisión, área, sector, etc. o, en definitiva, cualquier asunto o idea que se nos pueda ocurrir. Se puede utilizar, por tanto, para otorgar mayor difusión a dichos contenidos o para incrementar la participación y la implicación de los usuarios con alguna temática.
Su uso se introdujo con la llegada de Twitter a nuestras vidas, y dada su popularidad y aceptación entre los internautas, con los años se fue extendiendo a otras redes sociales más utilizadas en todo el mundo, incluyendo Instagram, Facebook o LinkedIn. Los hashtags a menudo se pueden convertir en trending topics, o lo que es lo mismo, tendencias del momento o temas de rabiosa actualidad cuando muchísima gente coincide en su uso.
Hoy en día el hashtag es una herramienta muy prominente en nuestra cultura y nuestra forma de comunicarnos, y guarda una relación muy estrecha con el marketing online, particularmente en su vertiente enfocada al social media. Y es que los hashtags también son una buena forma de darnos a conocer a un segmento muy concreto de nuestra audiencia objetivo, permitiéndonos llegar a un público muy interesado en un determinado tema que todavía no ha oído hablar de nosotros.
A lo largo de todos estos años hemos ido observando la evolución del uso de los hashtags para todo tipo de fines y propósitos, con mayor o menor éxito, de manera más o menos adecuada… Aunque todo es relativo según nuestro propio objetivo, lo cierto es que sí existen formas malas y buenas de utilizarlos que son bastante universales. Veamos algunas de ellas:
Buenas prácticas
- Hashtags ingeniosos y pegadizos. Si la relación que tenemos con nuestra audiencia es más bien informal (o nos enfocamos a un público más joven), tener un poco de «chispa» nos vendrá estupendamente, contribuyendo a su éxito y viralización. Utiliza juegos de palabras, frases hechas y expresiones populares que vayan en línea con tu negocio o marca personal.
- Hashtags que tocan a nivel emocional. Apuesta por hashtags que motivan, que emocionan, que hacen que tu público se identifique con ellos… Un buen ejemplo que trascendió a nivel mundial podría ser #JeSuisCharlie, que se viralizó tras el atentado que sufrieron las instalaciones de la revista francesa Charlie Hebdo en París en el año 2015. Otros ejemplos inspiradores son #BlackLivesMatter, movimiento internacional impulsado por la incesante violencia sistémica hacia personas de color, y #MeToo, para dar voz a las personas que han sido víctimas del acoso y violencia de índole sexual.
- Hashtags «colaborativos». Especialmente aquellos que animan a compartir vivencias, experiencias, e incluso, aspectos personales de nuestro día a día. Algo tan sencillo como el hashtag #NowPlaying o #NP, para etiquetar una pieza musical que estamos disfrutando en ese momento y queremos compartir con toda la red, es uno de los más queridos y utilizados por los internautas. O, el hashtag autoexplicativo #Postureo, que hace algunos años vivió su época gloriosa, y a día de hoy continúa teniendo bastante relevancia.
- Hashtags cortos y simples. No en vano las grandes compañías, eventos, movimientos sociales y otros utilizan hashtags con una longitud más bien reducida. Por ejemplo: #Grammys, #Euro2016, #15M, #JuegoDeTronos, #NoFilter, #StarWars, #MWC2018… Son fáciles de recordar y rápidos de escribir ✓.
- Hashtags propios. Si tienes una marca, y creatividad y visión por un tubo, intenta crear tus propios hashtags con potencial a convertirse en tendencia, pero sin incluir tu nombre. Un ejemplo interesante es la cuenta de Instagram del portal oficial de Turismo en España. Su hashtag #VisitSpain es muy popular entre los viajeros que visitan España y documentan su viaje en esta red social, con imágenes tanto de lugares más emblemáticos, como curiosidades y vida en general en nuestro país. Otro ejemplo muy conocido es el lema de McDonalds «I’m lovin’ it» convertido en el #Imlovinit para adaptarse a la actualidad.
- Sé específico. En ocasiones puede resultar complicado, pero además de intentar ser lo más concisos posible, debemos ser muy específicos al mismo tiempo, evitando dobles sentidos (esto último, de hecho, puede tener efectos catastróficos). Siendo más específicos también nos enfocamos a un público muy bien definido, lo que, por regla general, suele potenciar la interacción en nuestra audiencia.
Malas prácticas
- Hashtags demasiado largos. Si lo que pretendemos es aumentar la participación y el engagement, apostar por hashtags que son largos no va a hacernos un gran favor. Las personas solemos ser perezosas por naturaleza, y si hacemos escribir demasiado a nuestros usuarios, es probable que la mayoría opte por no hacerlo, simple y llanamente. Además, los hashtags largos son muchísimo más difíciles de memorizar, y este aspecto también juega en nuestra contra.
- Demasiados hashtags concentrados en un único post. Si bien a nivel de plataforma no existe una limitación como tal en el número de hashtags que podemos incluir, las propias redes sociales como, por ejemplo, Twitter, recomiendan no utilizar más de dos por post. Quizá podríamos estirarlo hasta tres en determinados casos, pero más de eso sería excesivo, ya que con ello dificultamos la lectura y saturamos al usuario. También es cierto que según la red social en la que nos encontremos este límite se puede aumentar. Por ejemplo, en Instagram podríamos incluir hasta 5 hashtags, siempre y cuando sean relevantes con el contenido publicado.
- Hashtags que no son relevantes con el contenido publicado. Sobra decir que nunca deberías utilizar hashtags que tienen poco o nada que ver con el contenido de tu post, solamente porque un determinado tema es tendencia del momento. Es de muy mal gusto. Incurrir en este tipo de comportamiento tan poco ético es el equivalente a hacer spam, pues interrumpe la conversación de los usuarios que están interesados en compartir su opinión sobre algo concreto.
- No vale utilizar cualquier palabra para convertirla en un hashtag. No utilices hashtags de forma aleatoria en cualquier palabra, pues es poco probable que alguien busque #Mochila #Pared o #PilasRecargables, por poner algún ejemplo. Esta recomendación va al hilo de no pasarnos en el número de hashtags incluidos dentro de un único post.
- No uses el nombre de tu marca como un hashtag. Si los usuarios quieren interactuar con tu marca, pueden hacerlo a través de las menciones @, por ejemplo, @humanlevel. Repetirlo con un hashtag #HumanLevel es redundante.
Localización en la publicación
Los hashtags no tienen por qué estar al inicio o al final de una publicación como las etiquetas convencionales, pues los podemos integrar fácilmente y con total naturalidad en la redacción del tweet o el post, como en el ejemplo que ponemos a continuación:
Si vemos necesario añadir alguno más al final, por ejemplo, para enfocarnos a varios temas simultáneamente, no habría problema, siempre y cuando sigamos, en la medida de lo posible, la recomendación de no incluir más de 2 ó 3 hashtags por cada post, o el límite comúnmente acordado según cada red social.
Resumiendo…
Es importante que tengas claro el público objetivo al que vas a enfocar tu estrategia en redes sociales. En función de eso, deberás decidir también el uso que le darás a tus hashtags.
Referencias
- Cómo utilizar hashtags, en la sección de ayuda de Twitter
- Cómo utilizar hashtags, en el blog de Hootsuite
- Imagen: Vector Art by Vecteezy!